viernes, 2 de enero de 2015

¿Y tienes un sillón de esos, un diván?

Ah, eres psicóloga, pero ¿tú qué haces?  ¿Y en que estas especializada? ¿Y la psicología clínica qué es? Pero… ¿trabajas con adultos o con niños? ¿Qué orientación tienes? ¿Y tienes un sillón de esos, un diván?

Estas preguntas son solo un ejemplo de las dudas que tiene la gente cuando le digo a que me dedico, y reflexionando sobre ello, no encuentro mejor lugar que este para poder explicarlo.
Un psicólogo es un especialista en la conducta humana y experto en las leyes de aprendizaje. Es un profesional que se basa en sus conocimientos sobre esto para entender a las personas que acuden a su consulta y poder ayudarles a resolver el motivo de la misma, enseñándoles las técnicas necesarias para ello y ayudándoles de esta forma a mejorar su calidad de vida.

Muchas personas a lo largo de su vida pasan por situaciones difíciles: estrés en el trabajo, problemas familiares, problemas con la pareja, ansiedad por algún acontecimiento, miedos… esto es lo que llamamos problemas emocionales, y son el tipo de problemas con los que trabaja un psicólogo.
Dentro de estos problemas emocionales podemos encontrar:
La ansiedad, la depresión, problemas de relación con los demás, problemas de pareja y familia, miedos o fobias, adicciones, problemas sexuales, problemas de alimentación, entre otros.

Ante estos problemas, el psicólogo actúa como un entrenador, es decir, enseña estrategias a su cliente para que este afronte su problema y lo pueda superar.
Este punto hay que recalcarlo, ninguna terapia psicológica funciona si el cliente no se esfuerza día a día en trabajar su problema. El cliente tiene que participar activamente.
Lo podríamos comparar con la situación de aprender algo nuevo, como por ejemplo aprender a tocar un instrumento musical o a jugar a un juego nuevo. El profesor nos enseña la teoría y nos ayuda a empezar a tocar las primeras notas, nos dice cómo se hace, pero si nosotros no ponemos todo de nuestra parte para mejorar cada día y practicamos lo que nos ha enseñado, no avanzamos y no obtenemos resultados.
Ir al psicólogo no consiste en charlar con una persona a la que no conoces mucho y contarle tus problemas. Ir a terapia psicológica consiste en acudir a tu sesión una vez por semana para aprender habilidades que se tienen que practicar día a día, entre sesión y sesión.
Ir al psicólogo significa querer trabajar en tu problema para lograr superarlo, así que cuánto más trabajes en ti mismo y en la terapia, más rápida será esta y más eficaz.  
En todo este proceso que te llevará a superar tu problema, tu psicólogo estará presente y te ayudará en lo que necesites, será tu entrenador, tu profesor; pero el trabajo tiene que venir de ti mismo.
Así que si tienes un problema y no sabes que hacer, no sabes cómo afrontarlo, acude a un psicólogo, él o ella te ayudará en todo lo que necesites, pero recuerda: Vas a tener que trabajar en tu problema y así lograrás solucionarlo y ¡ser MÁS FELIZ!

Y no, ¡no todos los psicólogos tenemos diván! ;-)







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