jueves, 30 de abril de 2015

La utopía de la Asertividad

Desde hace años el concepto de asertividad flota entre nosotros, hay montones de libros, se estudia en todas las asignaturas de psicología habidas y por haber y  todo el mundo te dice: “Es que tienes que ser más asertivo”
Pero, ¿Qué es realmente la asertividad? ¿Cómo se llega a ser asertivo? ¿Es la clave para solucionar todos nuestros problemas de comunicación con los demás? ¿Eres asertivo?  Vamos a ir poco a poco.

La asertividad es un estilo de comunicación que supone poder comunicarse con los demás de forma abierta y clara. Es un modelo de relación con los demás que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando también los derechos de los demás.
Después de años de investigación en el campo de las Habilidades Sociales, los expertos han llegado a la conclusión de que hay tres estilos de comunicación posible: el estilo pasivo, el agresivo y por supuesto, el asertivo. 
Pero no son tres categorías cerradas, si no más bien un continuo. Cada una de ellas tiene unas características especiales y nos sirven para saber en qué punto del continuo pasivo-asertivo-agresivo se encuentra cada uno y  así poder hacer los cambios necesarios para mejorar su estilo de comunicación.


¿Qué características posee cada estilo de comunicación? En la siguiente tabla podéis ver cuáles son las características de cada uno.



Pasivo- No asertivo
Asertivo
Agresivo
Comportami-ento externo
Volumen de voz bajo, bloqueos, tartamudeos, silencios, muletillas…
Habla fluida, seguridad contacto ocular directo, pero no desafiante relajación corporal y comodidad postural.  Expresión de sentimientos tanto positivos como negativos.
Defensa sin agresión, honestidad.
Capacidad de hablar de propios gustos e intereses
Capacidad de discrepar abiertamente
Capacidad de pedir aclaraciones y de decir "no".
Saber aceptar errores. - conocen y creen en unos derechos para sí y para los demás.

volumen de voz elevado, a veces: habla poco fluida por ser demasiado precipitada,  habla tajante, interrupciones , utilización de insultos y amenazas , contacto ocular retador
Cara tensa / manos tensas / postura que invade el espacio del otro / tendencia al contraataque
Patrones de pensamiento
Consideran que así evitan molestar u ofender a los demás. Son personas “sacrificadas”
“Lo que yo piense,  sienta o desee no importa, importa lo que pienses, sientas o desees tú.
“Es necesario ser querido y apreciado por todo el mundo”
Constante sensación de incomprensión, de estar siendo manipulado o no tenido en cuenta.

"Ahora sólo yo importo. Lo que tú pienses o sientas no me interesa"
Piensan que si no se comportan de esta forma, son excesivamente vulnerables
Lo sitúan todo en términos de ganar-perder
Pueden darse las creencias : "hay gente mala y vil que merece ser castigada" y/o "es horrible que las cosas no salgan como yo quiero”
Sentimientos y emociones
Impotencia / mucha energía mental, poca externa / frecuentes sentimientos de culpabilidad / baja autoestima / deshonestidad emocional (pueden sentirse agresivos, hostiles, etc., pero no lo manifiestan y a veces, no lo reconocen ni ante sí mismos) / ansiedad / frustración.
Buena autoestima / no se sienten inferiores ni superiores a los demás / satisfacción en las relaciones/respeto por uno mismo.
Sensación de control emocional.
Ansiedad creciente - soledad / sensación de incomprensión / culpa / frustración - baja autoestima (si no, no se defenderían tanto)
Sensación de falta de control
Enfado cada vez más constante y que se extiende a cada vez más personas y situaciones
Honestidad emocional: expresan lo que sienten y "no engañan a nadie".
Consecuencias
Pérdida de autoestima / pérdida del aprecio de las demás personas (a veces) / falta de respeto de los demás
Frenan o desarman a la persona que les ataque.
Aclaran equívocos - los demás se sienten respetados y valorados - La persona asertiva suele ser considerada "buena", pero no "tonta".
Generalmente, rechazo o huída por parte de los demás  Conducta de "círculo vicioso" por forzar a los demás a ser cada vez más hostiles y así aumentar ellos cada vez más su agresividad.

Muy común es también el estilo pasivo-agresivo: se trata de una persona callada y no-asertiva en su comportamiento externo, pero con grandes dosis de resentimiento en sus pensamientos y creencias. Utiliza métodos sutiles e indirectos: ironías, sarcasmos, indirectas, etc. Es decir, intenta que la otra persona se sienta mal, sin haber sido ella, aparentemente, la culpable. Esto se debe a una falta de habilidad para afrontar las situaciones de forma diferente.


Después de haber visto la columna de asertividad, parece que si seguimos estas directrices podremos tener un amplio éxito en nuestras relaciones sociales y seremos el colmo de la calma y el buen hacer. Pero para llegar a ser asertivo se tienen que trabajar las habilidades sociales a fondo y además este estilo de comunicación no garantiza el éxito siempre, la clave radica en aprender a discriminar cuando hay que ser asertivo y cuando no.

La asertividad no es la solución a los problemas de relación y comunicación, para solucionar estos tendremos que ser hábiles socialmente, esto quiere decir que cuando realicemos una interacción social este sea:

Dominar las habilidades sociales se consigue a lo largo de la vida, aunque a veces nuestros miedos y pensamientos negativos nos limitan. Por esta razón, cuando notamos que nuestras relaciones con los demás no son cómo nos gustarían debemos formarnos en habilidades sociales para mejorar nuestra capacidad de comunicación, esto nos ayudará  tanto en nuestra vida profesional como personal. Para ello te recomiendo el libro:

“La asertividad, expresión de una sana autoestima” de Olga Castanyer Mayer-Spiess

Y por supuesto, si quieres mejorar en tus habilidades sociales de forma rápida y sencilla te recomiendo que acudas a un profesional. Un psicólogo te ayudará a saber qué aspectos de tu forma de comunicación pueden mejorar y te dirá como hacerlo. 

No olvides que la comunicación con los demás  es la base  para tener buenas relaciones sociales, familiares y laborales.
¡Feliz Jueves!


viernes, 24 de abril de 2015

Carla, la tímida del grupo

Carla tiene 23 años. Estudia Economía en la universidad y vive con sus padres en Barcelona. Es una chica alta, de presencia física agradable y muy educada. Le gusta el cine, el atletismo y quedar con sus amigas de la infancia y con su novio.

Sus amigas la definen como la tímida del grupo, ya que es bastante callada e introvertida, pero es muy divertida cuando está en un entorno de confianza. Es risueña y no tiene problemas para relacionarse con sus familiares y amigos de toda la vida, pero tiene problemas para conocer gente nueva y  lo pasa muy mal en fiestas o eventos con mucha gente desconocida.


Carla ya no se siente a gusto con estas situaciones, porque cuando iba al colegio se manejaba bien, pero desde que va a la universidad se siente muy mal. Lo pasa mal en clase, cuando tiene que exponer o cuando algún profesor le hace alguna pregunta. Se pone super roja y el corazón le va a mil, tiembla y se traba hablando, así que intenta evitar por todos los medios posibles exponer y ha dejado de ir a las clases en las que la hacen participar demasiado.
En su clase ha hecho dos amigas, pero cuando hay más gente con ellas se pone muy nerviosa. Muchas veces acaba inventándose alguna escusa y se marcha a casa. Cuando se queda sola se siente aliviada, pero esto solo dura un rato. Luego piensa que está aislada y se siente sola. Ahora la mayoría de sus amigas estudian fuera de Barcelona y a sus amigas de la universidad les gusta quedar con más compañeros de clase y ella se siente muy incómoda. Carla quiere cambiar esto, hacer más amigos y sentirse cómoda y tranquila cuando esta con sus amigas de la universidad en la cafetería.
La relación con su novio es muy buena, la mayoría del tiempo lo pasa con él, pero el año que viene se va de Erasmus y Carla cree que va a pasarlo muy mal, porqué se va a sentir todavía más sola.
 


Después de leer esto, sabemos que Carla es una persona tímida e incluso que este exceso de timidez le está causando problemas en su día a día.

¿Carla es así o es algo que se puede cambiar?

La timidez es un estado anímico que se encuentra dentro de las emociones sociales y es una respuesta a la vergüenza. Es una pauta de comportamiento que limita el desarrollo social de quienes la experimentan dentro de su vida cotidiana. Aproximadamente el 20% de la población general sufre timidez.
A la timidez se la podría definir como un miedo social moderado donde el nivel de malestar fisiológico y cognitivo no es muy alto.
En el caso de Carla, su timidez o miedo social le está causando malestar en su vida cotidiana ya que la limita en la universidad y a la hora de conocer gente y para ella se está convirtiendo, más que en una característica de su personalidad, en un problema. Así que Carla ha decidido ponerle remedio y acudir al psicólogo.
En la consulta de un psicólogo se trata la Fobia Social: un miedo irracional y desproporcionado a un cierto número de situaciones de interacción social cómo:
  •          Asistir a fiestas o reuniones sociales
  •          Hablar en público
  •          Pedir información
  •          Relacionarse con figuras de autoridad
  •          Comer o beber en público
  •          Conocer gente nueva
  •          Escribir mientras se está siendo observado
  •          Ir de compras o hablar por teléfono.

Estas situaciones causan cierta ansiedad social a todo el mundo, además esta ansiedad es útil ya que es una motivación adaptativa que nos permite relacionarnos de forma adecuada con los demás en situaciones nuevas o importantes.
Para saber si Carla sufre de Fobia Social habría que indagar más en su caso. Ser tímido no significa tener Fobia Social y por supuesto ser tímido no es algo que necesite tratamiento psicológico, pero siempre que cause problemas en la vida diaria y sufrimiento emocional es bueno acudir a un profesional.
En los fóbicos sociales la ansiedad que sienten no guarda relación con la realidad de la amenaza y no acaba desapareciendo, como ocurre con la ansiedad social normal, por lo que sienten una gran cantidad de ansiedad en este tipo de circunstancias y acaban huyendo de ellas o evitándolas, cómo hace Carla con las clases, las exposiciones de trabajos y las fiestas con gente nueva.
Si te produce angustia emocional alguna o varias de las situaciones anteriores y quieres cambiar tu situación y sentirte mejor con tu vida y contigo mismo no dudes en acudir a un psicólogo.

Así que Carla ha decidido que quiere cambiar. Ha decidido acudir al psicólogo para trabajar sus problemas. Aprenderá habilidades sociales, trabajará sus pensamientos negativos y aprenderá a manejar su ansiedad hasta que este tipo de situaciones dejen de provocársela. Carla no se convertirá en una persona diferente, seguirá siendo la misma, agradable, divertida, educada, incluso tímida, pero ahora dejará de sentirse tan sola, podrá disfrutar de las reuniones con sus amigos de la universidad, sobrellevar las exposiciones y acudir a todas sus clases.
Si tú también quieres cambiar algún aspecto de vida, para seguir creciendo y sentirte mejor con tu vida y tus relaciones sociales, familiares o de pareja no dudes en acudir a un psicólogo. 

¡FELIZ VIERNES!






viernes, 17 de abril de 2015

Trastornos de la conducta alimentaria ( I ) : Anorexia y Bulimia

Anorexia, bulimia. Estas palabras asustan. Asustan a padres, profesores, amigos, familiares… porque una persona que padece un trastorno alimentario sufre de un problema grave. Y no solo lo sufre ella, si no todo su ámbito personal.

Inexplicablemente deja de comer, empieza a hacer ejercicio compulsivamente, a vomitar, a darse atracones de comida... y no solo de comida tenemos que hablar: siente ansiedad, tristeza, ira, se aísla socialmente, entre otras muchas cosas.

Actualmente se esta empezando a demostrar que el padecer un trastorno alimentario es solo la punta del iceberg, es decir, la consecuencia de otros problemas emocionales que han llevado a la persona a intentar controlar su vida a través de intentar alcanzar el ideal de belleza actual y de controlar lo que come, como forma de controlar sus angustias. 

Pasar por un trastorno alimentario es muy duro, es un problema que te absorbe, te consume y te atrapa de tal forma que para salir de él se necesita un proceso largo y mucha ayuda profesional. 

Una persona con un trastorno alimentario padece un problema psicológico que puede derivar en muchos problemas físicos, por lo tanto no es algo a tomarse a la ligera, así que tendremos que empezar por saber que son realmente estos trastornos.

¿Qué es la anorexia?

La anorexia es un TCA que se manifiesta como un deseo irrefrenable de estar delgado, acompañado de la práctica voluntaria de procedimientos para conseguirlo: dieta restrictiva estricta y conductas purgativas como: vómitos autoinducidos, abuso de laxantes, uso de diuréticos, etc.
Las personas afectadas presentan un intenso temor a llegar a ser obesas; distorsión de la imagen corporal; preocupación extrema por la dieta, la figura y el peso; conductas de evitación hacia la comida con acciones compensatorias (hiperactividad física desmesurada, conductas de purga, etc.).
No suelen tener conciencia de enfermedad ni del riesgo que corren con su conducta (hay que tener en cuenta que una persona que sufre anorexia tiene 18 veces más posibilidades de morir que una que no la sufre).
Este trastorno causa estados nutricionales carenciales que pueden comportar riesgos vitales como: Arritmias, hipertensión, ovarios poliquísticos, gastritis crónica, úlcera gastroduodenal, anemia e incluso la muerte por desnutrición. (Fuente. Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria, Ministerio de Sanidad y Consumo)

Lo más inexplicable para los familiares o los conocidos de personas que padecen Anorexia es entender cómo una persona puede dejar de comer hasta casi la muerte y no llegar a ver que está muy delgada y que tiene un problema.

En cuanto a la distorsión de la  imagen corporal, todos tenemos una imagen nuestra en nuestra mente y funcionamos con ella, por tanto no somos objetivos. Cuando nos miramos a un espejo no vemos con objetividad como son nuestras piernas o nuestra cintura. Si tenemos el pensamiento de que está demasiado gordo o demasiado delgado, es muy difícil llegar a verlo de forma real. Esto nos ocurre a todos, puesto que todos tenemos complejos. A todo el mundo hay alguna parte de su cuerpo que no le gusta y tiene una visión en su mente mucho peor de lo que en realidad es y de lo que los otros perciben. 
Así que la distorsión de la imagen corporal que sufre una persona con anorexia se podría explicar así, aunque en su caso se llevaría al extremo. Por mucho que los demás les digan que están demasiado delgadas, en su mente no lo van a ver. Este es uno de los aspectos más difíciles de abordar y cambiar en terapia, junto con la no conciencia de enfermedad. Cuando una persona está dominada por la enfermedad, no se da cuenta de que tiene un problema, piensa que ha hecho una elección y que los demás no la entienden.

¿Qué es la bulimia?

La bulimia se caracteriza por episodios de atracones (ingesta voraz e incontrolada), en los cuales se ingiere una gran cantidad de alimento en poco espacio de tiempo y generalmente en secreto. Las personas afectadas intentan compensar los efectos de esta sobreingesta mediante vómitos y otras maniobras de purga (abuso de laxantes, diuréticos, etc.) e hiperactividad física. Muestran preocupación enfermiza por el peso y la figura.
En la bulimia no se producen necesariamente alteraciones en el peso, se puede presentar un peso normal, bajo o sobrepeso debido a que no mantienen una dieta hipocalórica estricta como en la anorexia.
La bulimia suele ser un trastorno oculto, ya que fácilmente pasa desapercibido. Se vive con sentimientos de vergüenza y culpa. (Fuente. Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria, Ministerio de Sanidad y Consumo)

No solo existen estos dos TCA, también se consideran trastornos de la alimentación el trastorno por atracones, la Vigorexia, la Ortorexia y algunos tipos de Obesidad además del Trastorno de la alimentación No Especificado.

¿Cuáles son los factores de riesgo de los TCA?

Un TCA (trastorno de la conducta alimentaria) es un problema que no tiene una sola causa, las investigaciones nos muestran que intervienen factores genéticos, biológicos, de personalidad, familiares y socioculturales en su aparición. Y además debería de ser entendido, como ya he dicho antes, cómo una consecuencia de otros problemas emocionales. El problema no es no comer, si no lo que ha llevado a esa persona a dejar de comer o a tener comportamientos alterados en su alimentación que están provocando consecuencias nefastas para su salud. 

Factores biológicos:
  •      Tener familiares que hayan padecido un TCA
  •      Vulnerabilidad genética


Factores socioculturales:

  • Modelos familiares sobreprotectores, rígidos y exigentes
  • Modelos familiares conflictivos y poco cohesionados
  • Familias desestructuradas
  • Antecedentes familiares de trastornos afectivos y sintomatología obsesivo-compulsiva
  • Dieta o conducta alimentaria atípica en la familia
  • Obesidad (especialmente de las madres)
  • Alcoholismo (especialmente de los padres)
  • Hábitos alimentarios poco regulares durante la infancia
  • Profesiones y/o actividades durante la infancia-adolescencia que valoren excesivamente la delgadez y/o el peso: ballet, modelos, gimnasia… 

Factores psicológicos:
  • Trastornos afectivos
  • Trastornos de la personalidad
  • Trastornos obsesivos-compulsivos
  • Trastorno del control de impulsos
  • Dieta anómala y restrictiva y preocupación por el cuerpo
  • Historia personal de dificultades alimentarias
  • Excesiva rigidez
  • Perfeccionismo
  • Retraimiento social
  • Baja autoestima

Acontecimientos vitales especialmente estresantes:
  • Abusos sexuales y/o físicos en la infancia
  • Críticas respecto al físico
  • Crisis vitales

¿Qué hacer cuando se sospecha de la existencia de un TCA?

Si tenéis cerca a alguien que creáis que padece un TCA:
  • Debemos de valorarle y respetarle, coma o no coma. Y por supuesto, intentar ayudarle.
  • Se ha de evitar cualquier tipo de enfrentamiento u obsesión en torno al tema de la comida.
  • Hay que buscar ayuda profesional y perseverar aunque no se obtengan resultados inmediatos.
  • Conviene asimilar que los TCA no sólo afectan al paciente, sino también a las personas que le rodean.
  • Es una enfermedad que se cura si se ponen los medios adecuados. Cuanto antes se produzca una intervención, más rápida será la mejoría.
  • Recordar que aunque las recaídas son frecuentes, el 70% de los pacientes terminan curándose.
  • Tener en cuenta que uno de los problemas de esta enfermedad es que da al paciente seguridad y estabilidad, aunque sean patológicas.
Y si crees que sufres un TCA, busca ayuda profesional y sobre todo:

No pienses que todo está perdido. No estás solo en esto. Te animo a acudir a un profesional y a salir de esta enfermedad. Si te lo propones, esta en tu mano acabar con esta situación. Aunque ahora no veas todo lo que estos trastornos te limitan, necesitas ayuda. 

Y si simplemente no te sientes a gusto con tu cuerpo y quieres bajar de peso o cambiar algo, ACUDE SIEMPRE A UN PROFESIONAL. Nutricionistas y psicólogos estaremos siempre dispuestos a ayudarte. 



viernes, 10 de abril de 2015

¿Qué le preguntarías a un psicólogo?

Cuando hablamos de la figura del psicólogo, hay ciertas cosas que no tenemos demasiado claras. Por esta razón el post de hoy va dedicado a resolver las dudas más frecuentes que nos llegan a las consultas o que nos preguntan nuestros amigos y conocidos cuando decimos a lo que nos dedicamos.
Aquí solo habrá una selección de preguntas, así que si tenéis alguna duda o cuestión que creáis que un psicólogo os puede ayudar a resolver no dudéis en poneros en contacto conmigo, enviar vuestra pregunta por e-mail o dejad un comentario más abajo.

·       ¿Cuándo debo acudir a un psicólogo?

Mucha gente se pregunta cuando es el momento para ir al psicólogo. Desafortunadamente en España acudir al psicólogo todavía no esta demasiado bien visto, todavía existen las creencias infundadas de que somos charlatanes o se espera de nosotros una solución mágica. Pero la realidad no es así. Los psicólogos somos profesionales avalados por un fuerte base metodológica y científica que ayudamos a las personas a enfrentarse y a superar los problemas emocionales. Por tanto, es importante que sepas cuando tienes que acudir al psicólogo:
  •        Cuando existe “dolor emocional”, en forma de emociones negativas intensas como: depresión, miedo, pánico, cólera, desesperanza…
  •         Cuando se ve afectada una o varias áreas de tu vida: relación con pareja/familia, diversiones, trabajo, descanso, alimentación, proyectos, calidad de vida, salud…
  •         Cuando una persona significativa de tu vida (familiar, amigo) se ve afectada por el problema y/o apunta la necesidad de buscar una solución.
  •       Cuando otros especialistas (médicos, abogados…) nos aconsejan la necesidad de buscar tratamiento psicológico.
  •        Cuando después de seguir un tratamiento psicofarmacológico, los resultados no son todo lo satisfactorios que deseas.


·       ¿Se lo tengo que contar todo a mi psicólogo?

El hecho de ir al psicólogo no significa que a partir de ese momento le tengas que contar absolutamente todo. Cuando acudes al psicólogo, lo harás por un problema determinado y este, en la fase de evaluación te hará las preguntas necesarias para entenderlo. Para llegar a comprender el problema, porque se ha producido y porque se mantiene es importante entender gran parte de tu vida, pero eso no significa que lo tenga que saber todo sobre tu pasado, tu presente ni tus proyectos futuros. Lo que sí es importante es que contestes sinceramente a todas las preguntas que el profesional te haga ya que un falseamiento de los datos puede conducir a una mala evaluación y a una terapia menos efectiva. Por tanto para obtener los mejores resultados en tu terapia tendrás que ser sincero con tu psicólogo pero sobre todo contigo mismo. El psicólogo en ningún momento te va a juzgar, pero si necesita la toda la información que te pida para poderte ayudar de la mejor forma posible.

·       ¿Se puede cambiar?

Sí, por supuesto que sí. Las personas evolucionan. No somos iguales que hace unos años, cada experiencia que nos ocurre nos hace cambiar de alguna forma. Cambiamos de opinión sobre muchas cuestiones al pasar el tiempo y hemos llegado a apreciar a alguien que al principio detestábamos.
Así que vamos aprendiendo cosas nuevas y también desaprendiendo, es decir, olvidando cosas.
Todos habréis cambiado de gustos, de físico, de sentimientos, de forma de actuar. Estas cosas pueden cambiar espontáneamente. De esta forma podemos cambiar también de creencias y de comportamientos cuando estos nos hacen daño, pero generalmente para que esto suceda necesitaremos trabajar en ello y si además nos ayuda un profesional en ese cambio y lo dirigimos de forma correcta este será más rápido.

Esto son solo tres cuestiones que me han parecido interesantes de contestar. Pero como habéis leído anteriormente, si tenéis alguna duda sobre psicología no dudéis en poneros en contacto conmigo e intentaré resolverla.  Feliz Viernes. J